Equilibrio absoluto de la imagen. Por un lado las columnas, por otro la naturaleza en forma de arbol, aunqué con la corteza mutilada por los de siempre. Impresionante! Un abrazo
La foto es muy buena Carlos, la has visto de maravilla, pero me hace pensar...y eso no es bueno al menos, para mi en algunas ocasiones... La columna natural está destruida, muchas personas se quejan de ver grafitis en lugares que normalmente no son los más adecuados para poner este tipo de arte, en cambio, pocas veces he visto quejas sobre la agresión que sufren los árboles... El ser humano y "sus cosas"...lamentable... Un abrazo.
Gracias, Remei. Entiendo tu lectura y tu protesta por esa faceta humana, la destructiva en este caso. No iba yo tan allá con esta idea, solo transmitir esas marcas que la vida deja en todo lo vivo y que el tiempo se encarga de envejecer. Un abrazo.
Leyendo tu respuesta a mi comentario tu foto se convierte en un poema, un canto al paso del tiempo, los pilares de la vida que no están exentos del paso del tiempo... Gracias por tu respuesta amigo. Un beso.
Un exquisito BN repleto de luces, sombras, texturas y volúmenes, y de columnas. Me duelen las heridas de las columnas arbóreas, aunque sean signo de vida y envejecimiento como tú dices. Enhorabuena, Carlos. Un abrazo.
Me había perdido esta. Es lo mismo lel tipo de columna que mantenga lo que haya de mantener, pero no se que tiene el árbol que me inspira mucha más confianza. Sera que corren malos tiempos para confiar en los hombres y sus obras? Exquisita Carlos. Abrazos
Qué buen contraste entre esas dos columnas: la superficie lisa e inmaculada del cemento y la carne vegetal herida. Se me vienen a la memoria aquellos versos de Serrat "prefiero la carne al metal", aunque en este caso ni sea carne ni sea metal. Un abrazo
Equilibrio absoluto de la imagen. Por un lado las columnas, por otro la naturaleza en forma de arbol, aunqué con la corteza mutilada por los de siempre.
ResponderEliminarImpresionante!
Un abrazo
Gracias, Josep. Es un signo humano; las columnas de cemento, frío y atemporal, y la del árbol marcado con las cicatrices de la vida. Un abrazo.
EliminarLa foto es muy buena Carlos, la has visto de maravilla, pero me hace pensar...y eso no es bueno al menos, para mi en algunas ocasiones...
ResponderEliminarLa columna natural está destruida, muchas personas se quejan de ver grafitis en lugares que normalmente no son los más adecuados para poner este tipo de arte, en cambio, pocas veces he visto quejas sobre la agresión que sufren los árboles...
El ser humano y "sus cosas"...lamentable...
Un abrazo.
Gracias, Remei. Entiendo tu lectura y tu protesta por esa faceta humana, la destructiva en este caso. No iba yo tan allá con esta idea, solo transmitir esas marcas que la vida deja en todo lo vivo y que el tiempo se encarga de envejecer. Un abrazo.
EliminarLeyendo tu respuesta a mi comentario tu foto se convierte en un poema, un canto al paso del tiempo, los pilares de la vida que no están exentos del paso del tiempo...
EliminarGracias por tu respuesta amigo.
Un beso.
Un exquisito BN repleto de luces, sombras, texturas y volúmenes, y de columnas.
ResponderEliminarMe duelen las heridas de las columnas arbóreas, aunque sean signo de vida y envejecimiento como tú dices.
Enhorabuena, Carlos.
Un abrazo.
Gracias, Emiliano. Quizá ese dolor que provocan las hericas que vemos en la corteza del árbol es lo que nos hace humanos. Un fuerte abrazo.
EliminarQue buena composición Carlos! la fortaleza del concreto, y la fragilidad en las cicatrices de ese arbol...me encanto!
ResponderEliminarAbrazos Carlos.
Muchas gracias, Bertina. Me alegro mucho que te guste el concepto, que a veces es lo más difícil de transmitir. Un abrazo.
EliminarMe había perdido esta.
ResponderEliminarEs lo mismo lel tipo de columna que mantenga lo que haya de mantener, pero no se que tiene el árbol que me inspira mucha más confianza. Sera que corren malos tiempos para confiar en los hombres y sus obras?
Exquisita Carlos.
Abrazos
Qué buen contraste entre esas dos columnas: la superficie lisa e inmaculada del cemento y la carne vegetal herida. Se me vienen a la memoria aquellos versos de Serrat "prefiero la carne al metal", aunque en este caso ni sea carne ni sea metal.
ResponderEliminarUn abrazo
¿Quién está más sola, la columna blanca, sin marcas, enmarcada por otra que no la roza, o la columna orgánica y viva sellada por mil y un dedos?
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